Fecha: 30/11/2017
Una familia de Caleta Olivia de apellido Merlo, con 5 hijos, compró una camioneta Chevrolet Captiva en Bahía Blanca y habria sido estafada. El padre es Luis Merlo de la empresa Novmer SRL que viaja por temas comerciales, médicos (él y uno de sus hijos tienen un problema de salud que requiere controles periódicos) y familiares (una de sus hijas vive en Córdoba) .
A los 25.000 km de uso, la camioneta comenzó a tener fallas estructurales. El hombre afirma que el vehículo se clava (se prenden los controles) y la camioneta deja de funcionar, como si repentinamente dejara de responder. Esta situación me pasó varias veces, una de las cuales debí irme a la banquina para evitar un choque.
General Motors, fabricante de la marca Chevrolet, fue informada sobre los riesgos que implicaba, para la familia, cada vez que salían a la ruta. Y no cumplió con la garantía que establece se debe sustituir un vehículo que tiene fallas de fábrica por otro en perfectas condiciones, señaló la abogada Débora Huczek.
La camioneta entró 13 veces al concesionario oficial. La última de las veces, hace un año, lo dejó en un concesionario de Córdoba y le dieron un auto sustituto de mucho menor valor y prestaciones. Desde el primer momento, el hombre pidió la sustitución del auto, por las fallas estructurales.
La última solución que le ofreció General Motors fue tomar el auto como parte de pago de uno nuevo, pero a menor precio por las fallas estructurales que ellos mismos no reconocían. Técnicamente se trata de vicios recibitorios, explica la jurista.
La empresa falla a su obligación de seguridad en todos los aspectos. La cara humana del conflicto, más allá de que estamos hablando de un vehículo, no se ve. Esta persona arbitró por todos los medios que el servicio de atención al cliente le diera una respuesta y a cambio sólo descubrió que detrás había intención de lucro, al querer tomarle la camioneta como parte de pago de una nueva, a menor valor por los daños, estructurales que presenta, aseguró Huczek.
Fuente: El Caletense