La Cámara había ordenado que rebajaran la pena por considerarla cruel e inhumana
“Fue un acto de rebeldía institucional”, así definió la abogada Deborah Huczek al fallo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°16, que ratificó la pena de 50 años de cárcel impuesta contra Fabricio Alberto Álvarez Albarracín por haber sido el autor de ocho violaciones ocurridas en 2009 en los barrios porteños de Villa del Parque, Agronomía y Paternal.
De esta manera, el TOC N°16 desoyó la recomendación de la Cámara de Casación, que había pedido el año pasado que le redujeran la pena por considerarla “cruel e inhumana”. A pesar de esta indicación, los jueces Gustavo González Ferrari, Inés Cantisani y Alejandro Noceti Achaval volvieron a condenar al violador y señalaron en su fallo que el imputado “cosificó a las víctimas en virtud de su sexo, colocándose en una situación de dominio absoluto sobre ellas, las sometió a una violencia extrema y sumamente degradante”, explicó Huczek, en diálogo con Infobae.
En junio de 2011, el mismo Tribunal Oral de la Capital Federal había condenado a Álvarez Albarracín a 50 años de prisión, tras comprobar que era un violador serial que actuaba siempre del mismo modo: se movía en una moto, abordaba a las mujeres por la noche, cuando estaban por ingresar a sus domicilios, y las sometía a todo tipo de abusos.
Sin embargo, el año pasado los camaristas Juan Carlos Gemignani, Luis María Cabral y Ana María Figueroa coincidieron en la calificación de los hechos y la responsabilidad del condenado, pero señalaron que sentenciarlo a medio siglo de cárcel implicaba “un trato cruel e inhumano” que violaba pactos internacionales firmados por la Argentina; por eso ordenaron que la causa vuelva al tribunal que dictó sentencia para que dicten una nueva pena.
Esto provocó la reacción de Huczek, abogada del Programa de Patrocinio de Querellas Para Víctimas de Delitos Graves, que representó a dos de las jóvenes atacadas. Siempre sostuvo que la pena es constitucional y legal. A partir de ese momento -denunciaron- Casación comenzó a llevar adelante una serie de maniobras de presión para lograr que la pena contra el violador serial sea reducida. Además, varios jueces se declararon impedidos de revisar el fallo al considerar que la Cámara ejercía “violencia moral”.
Finalmente, después de varios vaivenes y para fortuna de las víctimas, los jueces del tribunal entendieron que la condena impuesta resulta “ajustada a sus actos y a la ley” y “no importa vulneración de los derechos humanos de los detenidos”. En el fallo, los magistrados consideraron que el violador llevó adelante una “cacería humana” por el modus operandi que llevó adelante.
Sobre el hombre ya pesaban otras dos condenas por violación y robo. Por eso el Tribunal lo declaró reincidente, algo que también había sido objetado por Casación.
“La defensa puede apelar, pero no creo que la Cámara nuevamente vuelva poner en discusión el fallo que ya fue dictado dos veces. Además, oyeron los argumentos que planteamos y pudimos cambiarles el criterio”, dijo la abogada. Y afirmó que esto es un fallo que “le devuelve la dignidad a todas las mujeres que han sufrido una situación así”.
Fuente: Infobae